“Eso no es feria para el pueblo y, cuando analizamos, ese pollo es de ‘cuarta generación’ (en alusión a los revendedores)”, comentaba enfático Alfre Menéndez Pérez, gobernador de la provincia, en presencia de directores de empresas estatales, titulares y representantes de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) privadas, y dirigentes del Partido y el Poder Popular del territorio.
Estaban allí reunidos para, a través del diálogo y la concertación entre las partes, encontrar alternativas a la oferta de días recientes, cuando cajas de pollo de 15 kilogramos se vendieron al estratosférico precio de 9500.00 pesos en la feria del Parque de la Ciudad de Ciego de Ávila.
En el encuentro, signado por la urgencia de reducir los costos minoristas de los alimentos, a partir de la eliminación de innecesarios intermediarios, se adelantaron propuestas encaminadas a abaratar los montos y disminuir los riesgos en la transportación y expendio de alimentos que importan actores económicos no estatales.
Una fórmula simplificada de los debates pudiera resumirse en pasos esenciales: la empresa escogida asume los gastos de transportación, combustible y refrigeración, el importador le vende a esta empresa estatal y le paga instantáneo, el banco garantiza el dinero físico con inmediatez y, finalmente, lo adquirido irá a la red minorista con un precio mucho más asequible que los actuales.
A partir de medidas organizativas que sustentarán el encadenamiento, también se pretende eliminar el desorden que se aprecia en las calles de la capital provincial, cuando las operaciones comerciales generan presencia de contenedores y envases de alimentos como las cajas de pollo, en abierta contravención de las normas higiénicas y de urbanidad.
“Para el importador es una ventaja porque tiene un solo cliente grande, un solo cliente serio, que tiene dinero, que va a garantizar toda la logística, y entonces nosotros consideramos que, en principio, es una nueva opción, sobre esa base”, planteaba el gobernador; en tanto los actores no estatales resumían su aprobación con ideas muy simples, pero concluyentes: “las garantías de pago deben prevalecer”, “el compromiso debe ser de ambas partes”, “de vendérselo a alguien por la calle que ni tiene patente, se lo vendo a una empresa”.
A partir de la propuesta inicial, los máximos directivos de la Empresa Agroindustrial Ceballos y de Materiales de la Construcción de Ciego de Ávila (Avilmat), expusieron las ventajas que implicaría el encadenamiento de las mipymes escogidas, punto de partida para garantizar una vía expedita que alivie la situación de los precios.
Y si la primera de las mencionadas propuso asumir el encadenamiento a partir de la reducción de los márgenes comerciales en los cuales la importadora cobra los servicios, además de fortalecer la capacidad de importación de la empresa; la segunda ofreció la posibilidad de pagar en el Puerto del Mariel a precios mayoristas, encargarse de la transportación, izaje, el frío; vender a la población donde se decida, y “a todas las mipymes, materiales nuestros a precios asequibles para sus propias inversiones”.
Aunque se trata de una concertación en ciernes, una y otra vez se insistió en la necesaria rapidez con que ha de actuarse, teniendo en cuenta el estricto apego a la legalidad socialista; de ahí que Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central del Partido y su primer secretario en Ciego de Ávila, recordara la importancia de la capacitación de los nuevos actores económicos y el compromiso mutuo que entraña el encadenamiento entre ambos sectores de la economía nacional, para que los precios desorbitantes vayan desapareciendo del panorama local.