La consolidación de la nueva estructura de los órganos locales de gobierno, la mayor celeridad y objetividad en la concertación y contratación de las producciones agrícolas y control sobre los precios constituirán máximas prioridades en Cuba para el próximo año.
Así lo aseguró el miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa en un encuentro con representantes de las estructuras del Gobierno, el Partido y otros organismos de la administración central del Estado en los municipios de Morón y Ciego de Ávila.
En presencia de Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central del Partido y su primer secretario en Ciego de Ávila y de Hiorvanys Espinosa Pérez, vicegobernador de la provincia, el dirigente político intercambió sobre el completamiento de la nueva estructura de los órganos de gobierno en ambos municipios, la estrategia de desarrollo existente en esos territorios y los apremios en la producción de alimento para ganar, en el más breve plazo, la carrera hacia e la soberanía alimentaria.
Trascendió que, en sentido general, en ambos enclaves existen deficiencias con el completamiento de las plantillas y la conformación de las 13 direcciones y los nueve departamentos con que deben contar las administraciones locales, sometidas hoy a un creciente proceso de autonomía, con el objetivo de impulsar la descentralización través de la Política Para el Desarrollo Territorial como documento eje y articulador de principios y estrategias para fortalecer la autonomía municipal.
Enfatizó en que esos territorios tienen potencialidades para ser autosuficientes en la producción de variados renglones de alimentos y capaces, luego, de aportar a otros donde se siembre menos, que, a su vez, serán recíprocos.
Convocó a que cada municipio tiene que hacer un balance de cuánto produce; es decir, contabilizar con precisión milimétrica los distintos renglones, en busca de la soberanía alimentaria, en aras de sustentar en un futuro cercano parte de la canasta familiar normada.
«Mantenerla cuesta entre 1 500 y 1 600 millones de dólares, porque prácticamente toda está montada sobre la importación, por lo que se hace imperioso el protagonismo de la producción nacional en esa canasta básica», especificó.
«No podemos seguir importando al costo de miles de dólares la comida que podemos producir aquí, ese dinero puede aprovecharse para estimular el propio desarrollo, industrial o comprar tecnología», reconoció.
Ciego de Ávila es una zona de grandes producciones agrícolas y con un peso importante en el balance de alimentos del país, una de las razones por la que los municipios tienen que ser autosuficientes y capaces, luego, de aportar a territorios donde no se siembre o se siembre poco, por razones justificadas. Con los pocos recursos hay que ayudar a los productores más proactivos y comprometidos.