Un pueblo solidario no podría tener unas Fuerzas Armadas ni un Ministerio del Interior, ajenos a ese sentimiento que tanto nos enorgullece y nos distingue. Lo que hemos visto en estas jornadas es reafirmación de esa certeza y ya resultan incontables las acciones altruistas y humanas de los combatientes de las FAR y el MININT.
Ellos, que no han descansado un minuto a la hora de salvar vidas, trasladan un mensaje bien claro: siempre serán el pueblo uniformado y en todo momento que el país los necesite allí estarán, displinados y eficientes.
El mayor premio para esa actuación honrosa y útil ya la lo están recibiendo y es el agradecimiento de tantas cubanas y cubanos que han salvado sus vidas gracias a sucesivas misiones de rescate y salvamento.
Con verdadero orgullo los felicitamos y agradecemos. Sabemos que siempre podremos contar con ustedes.




