No importan las condiciones actuales para que el pueblo de Tamarindo, localidad perteneciente al municipio avileño de Florencia, disfrute de las fiestas tradicionales que desde 1930 se celebran a finales del mes de enero de cada año.
Esta vez, Tamarindo despide el primer mes del año con el pueblo engalanado. Su arteria principal cubiertas por carpas, una plataforma para la presentación de agrupaciones musicales, y otras alegorías propias de estos festejos.
Las emociones se multiplican este fin de semana con el esperado enfrentamiento entre los bandos La Mariposa y La Paloma. Voluminosas carrozas casi listas para el tope a materializarse este domingo 2 de febrero, antecedido por animadas congas y el despliegue de fuegos artificiales.
Alberto Álvarez, quien desde hace muchos años se reconoce en Tamarindo como el presentador de ambos bandos, explica que los nombres de Mariposa y Paloma devienen por naturaleza de problemas ecológicos, dada la proximidad de ese poblado al lomerío, de la cordillera central.
“Este es un pueblo apasionado a sus bandos, que apoyan incondicionalmente, aunque no existe un jurado que a la postre defina quien es el ganador”, asegura Alberto.
Tamarindo muestra alegría en sus calles, abundantes ofertas, disciplina y expectativas por esta celebración. Campesinos cultivadores de la tierra descienden del lomerío para disfrutar de las tradiciones.