Cada 28 de octubre se escucha el canto de tu vida, porque burlaste la muerte tantas veces, que nadie nunca creerá que te hayas ido. Entre flores y fotos, entre poemas y pañoletas, tu sonrisa grande y franca sigue recordándonos las tantas camiladas de tu existencia y el amor inmenso, y a prueba de todo, por esta Isla nuestra.
Este lunes, las aguas de Cuba vuelven a florecer, como si la primavera se adelantara cinco meses, solo para recordarte, a fuerza de pétalos y polen, que sigues tan vivo, que sigues tan cerca…
En Ciego de Ávila, ciudad interior, huérfana de mares, el peregrinar de los pioneros y del pueblo trastoca el ritmo de la vida cotidiana, y toma calles y más calles para terminar echando al agua de una laguna ese pequeño tributo que algún viejo poema nos pedía.
Para ti, que nos miras desde el altar de la patria, son estas flores.