Los avileños, claro está, recibimos con agrado que cada vez sean más los locales destinados al comercio, algo que en las últimas semanas ha sido como una explosión en la capital de la provincia y que de seguro se repite en la mayoría de los centros urbanos del territorio.

Y es que, por los archiconocidos problemas económicos de nuestra Isla en la presente década, no fueron pocos los establecimientos que se quedaron “sin razón de ser” y permanecían cerrados o subutilizados, por lo que es de aplaudir que muchos de ellos se aprovechen ahora en funciones  comerciales.

La céntrica tienda La Elegante (Maceo y Bulevar) es un ejemplo elocuente, pues pasó de ser un “desierto de ventas” a convertirse en un lugar concurrido por consumidores de una gran amalgama de artículos.

Pero, en nombre de la necesidad de facilitar el comercio a los nuevos actores económicos, no puede pasarse al muy dañino “llega y pon” en cualquier área de la ciudad. Invasor apoyará siempre que aumenten los puntos de ofertas, pero también será un abanderado de que exista la cultura del detalle.

Porque para afrontar esta época de escasez no es necesario acudir a la abundancia de la chapucería y el mal gusto. A reflexionar sobre esto invitan las fotos de nuestro reportero gráfico Michel Guerra.