Diarreas persistentes y vómitos son los síntomas que han hecho saltar las alertas en el sistema de vigilancia para las Enfermedades Diarreicas Agudas (EDA) en Ciego de Ávila, donde en los últimos meses han aumentado exponencialmente las atenciones hospitalarias por estas causas, justo cuando el calendario marca un alza estacional, que eleva las probabilidades de padecerlas.
En lo que va de año se han reportado más de 1000 pacientes con estos signos de alarma y, a la altura de la semana 37, el incremento supera en un 71,2 por ciento a lo registrado en igual fecha del año anterior, con énfasis en las edades pediátricas.
Laidelys Alemán Véliz, jefa del Programa de EDA en el territorio, confirmó a Invasor que los exámenes de laboratorio y los test practicados a los pacientes hospitalizados y en vigilancia en las áreas de salud confirman el origen infeccioso de las diarreas debido a rotavirus estacionales que circulan.
Asimismo, han descartado la incidencia de estos síntomas asociados al cólera o, de forma mayoritaria, a bacterias como la giardia y la ameba. Tampoco los alimentos contaminados han sido agravantes, pues solo tres brotes por estas causas suman en las estadísticas de la provincia.
La explicación de Alemán Véliz insiste, también, en el cuidado personal y en la importancia de elevar la percepción de riesgo. Así, sus recomendaciones más certeras son el lavado de las manos, el consumo de alimentos seguros, hervir el agua, emplear el hipoclorito de sodio al uno por ciento y, ante la aparición de flemas o sangre en las heces fecales, acudir de inmediato al médico.
“Las diarreas pueden durar hasta 14 días o desaparecer y volver en un breve período de tiempo. Sabemos que muchas personas permanecen en casa, fuera del radar, lo cual dificulta tener la medida exacta de la situación que enfrentamos”, sentenció la especialista.
Según el protocolo indicado, en los casos de EDA grave deben practicarse exámenes seriados a las heces fecales, incluso hasta tres, para eliminar la sospecha de cualquier causa bacteriológica, así como procultivos y test rápidos para rotavirus y cólera. Además, similar observancia debe mantenerse con el resto de los pacientes que acudan a las áreas de salud.
Hasta la fecha son los municipios de Ciego de Ávila, Majagua, Bolivia, Primero de Enero y Baraguá los que han presentado un panorama más complejo, sobre todo, entre los niños menores de cinco años, quienes han sido más propensos a los ingresos y a la deshidratación.
El deterioro de las condiciones higiénico-sanitarias por la proliferación de microvertederos y vectores, y la calidad del agua de beber son temas pendientes que tensan la cuerda y obligan una vigilancia estricta desde el departamento de Salud Ambiental del Centro Provincial de Higiene, Microbiología y Epidemiología, la cual, aunque no resuelve todos los problemas, los identifica y propone soluciones.
De este modo, se realizan muestreos periódicos en alrededor de 500 puntos de la red de abastecimiento para comprobar el estado de este vital líquido y la experiencia práctica demuestra que, aun cuando en el origen de las fuentes de abasto se clora adecuadamente, el camino que recorre el líquido es tortuoso e insalubre.
Hablamos de entrecruzamientos de las redes y salideros, a lo que se suman ciclos extendidos que obligan el almacenaje en depósitos inadecuados. Recientemente, de un total de 12 puntos claves evaluados, ocho no cumplían con los parámetros exigidos, y otros 16 presentaban problemas de roturas, que obligaban el trasiego en pipa y mayores probabilidades de contaminación.
Se supone que, en correspondencia con el calendario estacional, el mes de octubre signifique una distención de los virus y, de paso, de las preocupaciones, mientras tanto, nadie está inmune a padecer una EDA.